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Con la finalidad de fomentar la interculturalidad y el entendimiento entre Europa y Asia, casi veinte jóvenes universitarios de los dos continentes se reúnen desde ayer hasta el día 10 en Mallorca en la Escuela de Orient-Mukhtar Mai. El escenario central de estas convivencias, que organiza desde hace cuatro años Casa Asia, en s'Olivaret, en Orient. Los alumnos participarán en talleres, debates, veladas, excursiones, comidas típicas de cada país, y sobre todo de las visiones e historias propias de cada uno de ellos. Las jornadas, como aclaró Oscar Pujol, director de programas educativos, «sirven para que un grupo de jóvenes españoles y de Asia se reúnan y tengan un diálogo para conocer al otro. La idea es crear un espacio de convivencia que lleve la confianza, para así hablar con franqueza y huir del discurso políticamente correcto». Los resultados son muy positivos, «se tratan temas como la globalización y la inmigración, cada uno representa a su país y cuenta la visión que tiene de los demás. Lo que más sorprende suele ser son los valores familiares, los occidentales somos más individualistas y los asiáticos más comunitarios».

Anahita, hija de un iraní y una catalana, ya participó el año pasado, «la escuela sirve para acercar a gente de los dos continentes y romper estereotipos. En general los asiáticos son más aplicados que nosotros». La mayoría de los estudiantes de Oriente conocen el castellano, que sirve de lengua franca. Con un acento andaluz, Nitesh nos dijo que él es de la India pero que ya hace dos años que está en Córdoba. Chen Wei (de Taiwán) y Danica (de Filipinas) también llevan un tiempo en la Península. Maria Bel es la primera mallorquina que participa en las jornadas, y está muy interesada en conocer a gente diferente.

Xavier Riutort