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La sede que la Fiscalía de Balears inaugurará en las próximas semanas, situada en pleno centro de Palma, será custodiada por vigilantes privados, contará con cámaras de seguridad en sus dependencias y un sistema especial de prevención de atentados, todo ello diseñado por la Jefatura Superior de Policía.

Así lo confirmó ayer el fiscal jefe de Balears, Bartomeu Barceló, tras asistir a la toma de posesión de los nuevos secretarios judiciales coordinadores de Mallorca, José Luis Cortés, y de Menorca, Eivissa i Formentera, Raquel Rojo.

Barceló confirmó que él mismo había solicitado a la Policía un informe de seguridad para prevenir atentados como el ocurrido a principios de este año en la Audiencia de Palma, cuando unos desconocidos lanzaron un artefacto incendiario en una de las dependencias.

El informe policial aconsejó, entre otras cuestiones, que la nueva sede de la Fiscalía prescindiera de papeleras, cabinas de teléfono y de un buzón de correo, que formaban parte del inmueble. Son medidas similares a las que se adoptan en los aeropuertos.

El edificio fue cedido por el Govern y el Ministerio de Justicia es el encargado de abonar el importe de las reformas -unos 800.000 euros- y también de su seguridad. Consta de sótano, planta baja y tres alturas rematadas por un torreón en una superficie total de 1.700 metros cuadrados. El inmueble, antigua sede de la ONCE en la plaça Bisbe Berenguer de Palma, ha sido sometido a un cambio de fisonomía absoluto. Construido en 1919, el edificio tiene una superficie útil de 1.711,38 metros cuadrados.