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La economía balear consolidó el año pasado su reactivación al registrar un crecimiento del 2,2 por ciento del producto interior bruto, siete décimas más que en el año anterior, tasa que se incrementará este año hasta el 2,5 por ciento, según estimó ayer el director del Centre de Recerca Econòmica -entidad dependiente de la Uninversitat de les Illes Balears (UIB) y Sa Nostra Caixa de Balears-, Antoni Riera.

Durante la presentación de Informe Económico y Social 2005, Riera concretó que las Illes Balears produjeron durante el año pasado bienes y servicios por valor de 20.433 millones de euros, siendo la construcción (3,1 por ciento) y los servicios (2,1 por ciento) los sectores más dinámicos de la economía.

Pese a que la construcción lideró el crecimiento de la producción interna, Riera señaló como factor explicativo de la expansión económica balear la consolidación de la recuperación del sector servicios, que aporta casi el 80 por ciento del Producto Interior Bruto y emplea a más del 76 por ciento del total de afiliados a la Seguridad Social.

Dentro del sector servicios, Antoni Riera destacó el buen comportamiento de los denominados «servicios quinarios» -actividades de información, industrias culturales, servicios profesionales, científicos, educación, sanidad, servicios sociales, arte o entretenimiento-, los cuales emplearon al 25 por ciento de los trabajadores del sector y duplicaron el año pasado el crecimiento de la economía.

A juicio de Riera, estas actividades de alto componente de investigación e innovación, con un elevado factor de mano de obra cualificada, podrían contribuir resolver «deficiencias estructurales» de la economía balear al favorecer la diversificación, el crecimiento de la productividad -que el año pasado descendió un 4,6 por ciento- y la mejora la competitividad de la actividad turística.

El informe del CRE destaca por otra parte que el año pasado Mallorca volvió a ejercer de motor económico balear por tercer año consecutivo al registrar un crecimiento del 2,3 por ciento, ocho décimas superior al de 2004, mientras que Menorca y Pitiüses crecieron a un ritmo del 1,5 por ciento. El informe explica este diferencial por la diferente evolución turística y de la construcción.