Grandes y pequeños disfrutaron de una tarde llena de color y fiesta.

TW
0

La localidad de Binissalem celebró ayer el tradicional desfile de carrozas enmarcado en la celebración de las fiestas des Vermar que, año tras año, llena las céntricas calles del pueblo de color y alegría. Como no podía ser de otra manera, este año también hubo la tónica del buen humor de los participantes durante todo el recorrido, aunque cabe destacar que el desfile de ayer fue uno de los más reivindicativos de los últimos años. Tal vez la actualidad informativa y la política ayudaron a ello. Por esta razón, los miles de curiosos que contemplaron el desfile de un total de 59 carrozas pudieron ver como los jóvenes de Binissalem están en contra de tanto asfalto y critican la política de Maria Antònia Munar y Jaume Matas o como proponen ir a bañarse, después de terminar con el arduo trabajo que supone la vendimia, a la polémica piscina que Pedro J. Ramírez posee en la Costa des Pins. También se pudieron ver las críticas a nivel municipal cuando la Asociación de Padres y Madres del colegio público Nostra Senyora de Robines reivindicaban la construcción inmediata de la nueva escuela al conseller d'Educació del Govern balear, Francesc Fiol.

Las carrozas, que como no podía ser de otra manera recuerdan los diferentes motivos deVermar ya que están decoradas con racimos y hojas de vid, se encargaron de animar el ambiente de la tarde de ayer en Binissalem. Este año, y como suele ser costumbre en el desfile de Binissalem, los participantes se esmeraron en la decoración de las diferentes carrozas. Unos convirtieron la parte de atrás del camión en un típico bar de playa, mientras que otros optaron por reproducir una pequeña plaza de toros con torero incluido. También hubo piratas e incluso una guardería. Algunas de las carrozas más grandes y vistosas fueron la de «La sínia des vermar bon vi ens treurà» y la de las portadoras.

Centenares de personas, que participaban en las 59 carrozas, desfilaron por las principales calles de Binissalem escenificando diversas maneras de ver y vivir una fiesta en la que la uva y el buen vino son siempre los protagonistas. Imaginación, ironía y sobre todo mucho humor, acompañado de bandas de música, xeremiers y batucada, y risas a golpe de sorbos de vino de Binissalem, estuvieron presentes a lo largo de todo el recorrido del popular desfile, que se ha convertido en una de las fiestas más esperadas y celebradas por la juventud del pueblo.

Maria Nadal