Los alumnos del colegio Sant Vicenç de Paul contemplaron cómo se hacían los buñuelos. Foto: PERE BOTA

TW
0

La víspera de les Verges es uno de los días más dulces del año en la Isla. Buñuelos, azúcar y románticas serenatas; una de las tradiciones más antiguas de Mallorca, que los escolares viven con especial ilusión cuando llegan estas fechas. Pese a que las serenatas, las flores y el vino dulce son parte importante de esta tradición, ayer los protagonistas indiscutibles en los colegios de Palma fueron los buñuelos. El patio del colegio Sant Vicenç de Paúl de la Soledat se llenó de niños y niñas deseosos de participar en la gran bunyolada, que el centro organiza todos los años.

Toda la mañana los pequeños realizaron distintos trabajos relacionados con el buñuelo como aprender la receta, buscar los ingredientes, conocer su historia o pintar estos ricos dulces. Desde las 15.00 horas, los alumnos del colegio, desde Infantil a sexto de Primaria, fueron pasando durante toda la tarde por el patio del colegio, donde cantaron algunas canciones populares y probaron los buñuelos, realizados este año por dos mujeres del barrio, Paula Puig y Margalida Crespí. Pero las bunyolades se realizaron en otros muchos colegios. El Sagrat Cor también quiso celebrar la víspera de les Verges, que coincidió además con la Fiesta Mater que realiza el colegio este día.

Desde las once de la mañana comenzaron las celebraciones. Los patios se llenaron de valientes niños dispuestos a cantar serenatas a las niñas, que asomadas a las ventanas y balcones, aplaudieron enérgicamente el esfuerzo de estos pequeños improvisados tunos. Sin embargo, en el colegio Sagrat Cor tampoco faltaron los dulces y los claveles. Y es que, sin duda, las nuevas generaciones han sabido mantener con mucho cariño nuestras grandes tradiciones.

Ana Largo