No sólo eso, la revisión del proyecto y algunas complicaciones técnicas lo han encarecido de 56 a 67,1 millones de euros, un incremento de 11,1 millones (casi el 20 por ciento).
Estas complicaciones se resumen en la modificación del trazado de la conducción submarina, cambios en la estructura del depósito regulador del Port de Sóller (que recoge el agua transportada por la tubería submarina) y la electrificación de la estación de bombeo desde el depósito regulador hasta el Túnel de Sóller, con un aumento considerable de potencia. Asimismo, fue necesaria una prueba de presión de la conducción submarina, con resultados positivos.
La electrificación y el aumento de potencia del bombeo deben ser sometidos al dictamen de la Comissió Balear de Medi Ambient y contar con la aprobación del Ministerio de Medio Ambiente, que es la Administración financiadora y ejecutora de las obras, aunque con dirección compartida con la Conselleria de Medi Ambient.
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