La imagen del DC3 y las dos avionetas, cuando ocupaban la cabecera de pista de Son Bonet. AENA trasladó las naves a una zona cercana dentro del aeródromo.

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C uando los pioneros de la aviación comercial y turística de las Islas contrataron nuevos aviones en los primeros años 70 y 80 posiblemente pensaron en la comodidad y en los beneficios que reportarían con los años y la imagen positiva que tendrían sus empresas. Las buenas épocas de Spantax y de Aeromarket marcaron los años subsiguientes de Air Europa, Oasis, Centennial, Air Madrid, Hola, Futura, Air Berlin y otras que no tuvieron la misma suerte o la misma gestión comercial que las hace rentables. Los modernos métodos de márketing y de imagen de marca no existían en los años 80 y esto es lo que nos permite ver hoy al Convair Coronado de Spantax y al DC3 de Aeromarket en situación ruinosa que motiva críticas incluso en internet. La base militar de Son San Joan y Son Bonet, son sus aparcamientos desde hace tantos años que ni los más viejos del lugar recuerdan los detalles de sus últimos viajes.

Temor al desguace
Fernando Piña y Miguel Buades, máximos responsables de la Fundación Aeronáutica Mallorquina, han seguido los pasos necesarios para proteger estas dos reliquias de museo y con el paso de los años dessperan de conseguir algún resultado.
Una pequeña esperanza se ha abierto con la decisión de AENA de mover el DC3 y dos avionetas desde la zona aire a la zona tierra en Son Bonet. Ya no se puede ver la imagen desagradable del pobre DC3 en la cabeza de pista y acompañado por dos avionetas ya que hace pocos días fue desplazado y ocupa un lugar cercano dentro de Son Bonet y fuera de la zona de aire. Admirado en todo el mundo, coleccionado y mimado por aviadores deportivos y comerciales ha sido objeto de intentos de compra y en varias páginas de internet se criticó la desidia y falta de interés de quien correspondiera.
La imagen exterior no es buena y la interior parece que no interesa a nadie, por lo que el presidente y vicepresidente de la Fundación pretenden lograr apoyos para convertir los aviones en recuerdos útiles, aulas didácticas o simplemente reliquias restauradas. Es curioso que ni el mar ni el aire tienen museos en Mallorca aunque sean las dos formas de llegar a las Islas desde siempre, una curiosa coincidencia de estos aviones con los pailebotes mallorquines hundidos por inútiles.
Restaurar dos aviones es más simple que sacar fotos en la Luna o en Marte, y sin embargo los ingenieros consultados opinaron que no se puede. Depende del dinero y la voluntad de varios organismos conseguir el espacio para estacionar estas grandes naves y el dinero para restaurarlas.

Complicado
El traslado del Convair es bastante difícil pero no imposible, ya que hace tantos años que no se mueve que su estructura podría estar seriamente dañada. El DC3 y las dos avionetas se han trasladado sin problemas y aunque están deteriorados, presentan grandes posibilidades de mejorar su aspecto y convertirse en orgullo, dejando atrás tantos años de desinterés.


Oscar Pipkin
(texto y foto)