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Las actas de invitación de inmigrantes a sus compatriotas para venir a Balears expedidas por los notarios de las Islas crecieron el pasado año un 94%, al pasar de las 1.494 en 2004 a las 2.900 en 2005. Sólo hasta septiembre de este año, el Colegio de Notarios de Balears ha cumplimentado 2.720 actas. El aumento también es importante en las actas de reunificación familiar. En 2004 los notarios expidieron 981 documentos, frente a los 782 de 2005, con un aumento porcentual del 8,7%. En los primeros nueve meses, las actas acumuladas ascienden a 782.

Las cartas de invitación tienen el estatus de actas de manifestación que firman un ciudadano extranjero residente en Balears (o nacionalizado) ante notario. La familia de inmigrantes «que invita» a viajar a las Islas sólo abona una media de 50 euros en la notaría. A cambio, sus compatriotas pueden acceder al país de forma mucho más sencilla, ya que el invitado no necesita tener cerrado el alojamiento ni disponer de dinero en efectivo.

El «invitador», como se conoce popularmente en medios policiales al extranjero radicado en España que apela a esa posibilidad, firma una carta ante notario en la que se hace responsable de su invitado. Es decir, debe costear todos sus gastos de estancia, alojamiento, manutención y asistencia sanitaria. También, debe hacerse cargo de un seguro de viaje que cubra durante todo el periodo de estancia (entre uno y tres meses) los gastos médicos y la repatriación asociados a un accidente o a una enfermedad repentina.

Asimismo, el inmigrante legalmente establecido en las Islas debe responsabilizarse de que su invitado no desarrolle ninguna actividad remunerada durante el tiempo que permanezca en el país.

Pero, hecho la ley, hecha la trampa. Se ha descubierto que algunos inmigrantes venden esas cartas de invitación y llegan a cobrar hasta cien euros por estampar su firma ante el notario.

Por ello, Delegación de Gobierno sigue muy de cerca el desarrollo de esta facultad que tienen los extranjeros para facilitar la visita de sus seres queridos o amigos.

No es lo mismo hacer frente a las autoridades de inmigración con una carta-invitación que sin ella. El extranjero que se encuentre en esta última circunstancia debe tener el viaje de ida y vuelta cerrado, llevar una suma en efectivo que le permita pagar los gastos de su estancia (el baremos que usan los policías es de 30 euros por cada día que esté en España, aunque puede variar). También, debe presentar la reserva de hotel o el lugar en el que va a alojarse.

Para evitar la picaresca, los notarios están obligados a facilitar una copia de las actas de invitación al Ministerio del Interior. Para ello, emplean un sistema telemático para informar a los responsables de la Seguridad del Estado.