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NEKANE DOMBLÀS
Ni Bartomeu ni Sebastià ni Mateu o Damià. Los niños mallorquines ya no se llaman como hace 60 años, según un estudio de los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística en relación a los nombres de los mallorquines, Tampoco ellas se llaman Francisca, Jerònia, Margalida o Catalina.

El estudio publicado por el INE refleja que los nombres que los habitantes de Mallorca elegían para sus hijos hasta los años 70 se mantiene prácticamente invariable, con ligeros cambios en el orden de preferencias, pero con una clara elección por los nombres tradiciones entre los primeros de la lista.

Hasta los años 70, se mantiene la tendencia, pero la década de los 80 supuso un terremoto en la elección de los nombres. El estudio del INE revela que, en los 80, los nombres tradicionales convivían con de nuevo cuño, pero en los 90 y los años que llevamos de la década de los 2000, el cambio ha sido espectacular, especialmente en los relativo a las niñas.

A pesar de todo, aún hay nombres que sobreviven al paso del tiempo. Es el caso de Juan o Jaime para ellos, y de Maria o Ana, para ellas. El resto quedará como nombre de los padres o de los abuelos, aunque quien sabe si, en el futuro, una nueva moda no recupera el tradicional 'Tomeu'.