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Año tras año, la noche del Dimecres Bo es más concurrida que la edición anterior. El Dijous Bo comienza a media noche, y eso se nota. Cada vez más, miles de personas se acercan hasta Inca para vivir en directo una de las marchas más multitudinarias de Mallorca. A primera hora de la noche aparcar en la ciudad ya era misión imposible. Mucha gente tuvo que dejar el coche en las afueras y llegar al centro a pie por la gran cantidad de calles cortadas por el montaje del Dijous Bo. A mediados de la semana pasada ya era imposible encontrar una mesa libre en cualquier celler o restaurante de la ciudad, incluso era poco probable encontrarla en los restaurantes de los pueblos cercanos a Inca, y es que las miles de personas que acuden al Dimecres Bo llenan a rebosar los locales. Algunos apuestan por el tiro seguro y montan un cena improvisada con amigos en casa de algún inquer hospitalario, que ayer por la noche se convirtieron en los protagonistas de la marcha.

Después de la hora de la cena, siguió llegando gente a la ciudad. A medianoche los Dimonis de Alaró realizaron su gran espectáculo pirotécnico del Correfoc, que contó con una amplia participación de gente. El fuego, el humo y el olor de pólvora ambientaron la noche más larga de Inca. Miles de jóvenes de toda la Isla acudieron a una de las marchas nocturnas más esperadas. Carpas, barras, música y jóvenes tomaron las calles del centro hasta primera hora de la mañana cuando la fiesta acaba y la empieza el Dijous Bo.

Maria Nadal