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Viernes. 29 de diciembre. Once de la mañana. Para ese día, de aquí a una semana, y a esa hora fijó ayer la Comisión de Asuntos Intitucionales del Parlament la comparecencia del conseller d'Interior, José María Rodríguez, por el «caso Andratx» que el propio Govern había solicitado el día anterior.

Biel Barceló (PSM) y Miquel Angel Llauger (EU-EV) consideraron que nada de lo que diga Rodríguez será creíble y dijeron que debe ser Matas «quien de la cara y las explicaciones» ya que este asunto «salpica ya al conjunto del Govern y a todo el PP». Y pusieron como ejemplo, el procesamiento del alcalde del municipio ibicenco de Santa Eularia, por la construcción de una urbanización ilegal en suelo rústico.

Inicialmente, y tras una reunión extraordinaria de la Mesa -que rechazó la comparecencia de Jaume Matas ante el pleno que solicitaba el PSIB-, se barajó el día 27 como posible fecha. La Comisión de Asuntos Institucionales, en ausencia de su presidenta que llegó tarde, Maria Antònia Munar (UM), acordó convocarla para el próximo viernes y así «ajustar las agendas de todos en estos días complicados», según fuentes parlamentarias.

Aunque ninguno de los partidos de la oposición espera mucho de la comparecencia, el conseller aseguró ayer que explicará «todo lo que ya he dicho» y también «lo que no he contado porque no me han preguntado».

En declaraciones posteriores a la presentación del material de rescate cedido por la Conselleria al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (GREIM), Rodríguez rechazó «por cortesía hacia los diputados» entrar en detalles sobre las explicaciones que ofrecerá a la Cámara autonómica en relación al contenido de la conversación telefónica que mantuvo el conseller con el ex alcalde de Andratx, Eugenio Hidalgo, la mañana de lunes en la que comenzó la «operación Voramar».

El PSIB y los partidos del Bloc (PSM, EU y Els Verds) coincidieron en que la comparecencia «llega tarde». Según el socialista Antoni Diéguez la comparecencia de Rodríguez «ha sido forzada» desde la dirección nacional del PP con la intención de que el caso no salpique a Jaume Matas.

Tanto Llauger como Barceló coincidieron en que «hay motivos más que suficientes para presentar una moción de censura contra Jaume Matas» pero recordaron que «la iniciativa corresponde al PSOE», que es el partido mayoritario de la oposición.

El PSIB ha abierto un debate al respecto pero por el momento se impone la tesis de que ya que Francesc Antich (su candidato al Govern) no es diputado autonómico, es mejor agotar otras vías.