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El presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, Pere Cañellas, pidió ayer a los miembros de la asamblea general, presentes en el acto de entrega de galardones 2006 de esta patronal que tuvo lugar en la Escola d'Hoteleria del Govern en la UIB, que en estos tiempos de globalización, más competencia, «hay que apostar más por los nuevos sistemas de comercialización y las ventas de reservas on-line, todo ello enfocado a mejorar la rentabilidad».

En cuanto a su valoración sobre la temporada 2006, comentó que había sido «un año de recuperación de los niveles de ocupación y un año de esperanza, en lo que se refiere a expectativas de recuperación de rentabilidades».

Cañellas, que aprovechó el acto para confirmar que no se iba a presentar a la reelección en mayo o junio del próximo año, reconoció que los retos que tiene que afrontar el turismo y la hotelería, «tienen que conllevar el cambio en gestión con el fin de adecuar las estructuras empresariales y comerciales a los cambios que se van a seguir produciendo en la demanda vacacional».

Tras este mensaje, señaló que Mallorca «vuelve a estar en el mercado y en mejores condiciones para negociar precios, cupos, ventas anticipadas y garantías. Mallorca tiene hoy argumentos más que suficientes para recuperar parte de lo perdido durante el Pacte de Progrés».

Al respecto, preguntado sobre su balance de los tres consellers que han coincidido en su mandato, dijo: «Con Joan Flaquer ha habido facilidad para negociar y consensuar los temas, con Celestino Alomar hubo facilidad para no llegar a acuerdos y con González Ortea, su gestión fue más técnica que política».

Abogó por la reconversión hotelera, la cual, en su opinión, debe de regularse en la Mesa de Turismo, afirmando que en esta cuestión «no hay ningún tipo de presión».

Afirmó que romper la estacionalidad en Mallorca es difícil, aunque aclaró que hay productos con los que se puede alargar la temporada al máximo.

La marcha del secretario general de Turismo, Raimon Martínez Fraile, fue también analizada por él, indicando que «ello no tiene que incidir negativamente en el futuro del plan de reconversión de la Platja de Palma».