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Las fuentes luminosas del Born cumplen medio siglo. Fue el día 31 de diciembre de 1956 cuando se celebró la ceremonia oficial de inauguración con el encendido de surtidores y reflectores, que desde entonces han ofrecido su particular aspecto al paseo más emblemático de Palma. Este aniversario coincide de forma casual con la recien concluida reforma de este enclave que representa el corazón urbano de la ciudad. Si bien la Font de ses Tortugues con su obelisco y murciélago data de 1833 cuando se abrió el Born como paseo ciudadano, no fue hasta hace ahora 50 años cuando adoptó la fisonomía actual en su nueva ubicación, ya que antaño se encontraba en el centro del paseo y carecía de surtidores con su base acuática.

La fuente de la Plaça de la Reina sí que se construyó entonces, con el propósito de llenar el centro de la plazoleta que hasta 1868 fue ocupado por el derruido monumento a la reina Isabel II con motivo del estallido popular revolucionario de «La Gloriosa» y a su vez formar un equilibrio ornamental con su vecina histórica. La solemne inauguración de ambas fuentes en ambos extremos de un Passeig del Born que entonces era el corazón de la ciudad, con sus cines y múltiples bares con terrazas de ambiente provinciano y cosmopolita, se enmarcaba en un contexto de modernización urbanística con la apertura de nuevas vías como Jaume III, Constitució y la zona del Mercat de l'Olivar.

La fuente de la Plaça de la Reina fue diseñada por el arquitecto municipal Joaquín Izquierdo, haciéndose cargo de la luminotécnia y juegos de aguas el ingeniero municipal Feliciano Fuster. La obra fue realizada por la empresa Excavamientos y señales, entre cuyas actuaciones destaca la construcción de la fuente monumental de Barcelona. La actual reforma ha consistido en mejorar los juegos de agua, menteniendo la figura geométrica original en forma de corona y eliminando el antiguo cuarto de máquinas, que se ha visto sustituida por otra instalación cercana, más potente, constituida por cuatro motores que generan 20 kilowatios para un volúmen de unos 200 litros de agua por segundo. Por tanto, hace unos pocos días que luce su nueva imagen con novedades en el plano funcional y estético. En total dispone ahora de 43 toberas de fundición y bronce que han sido limpiadas de cal, distribuidas en 36 perimetrales, seis chorros verticales de nuevo cuño y un surtidor central tipo geiser que puede alcanzar los 10 metros de altura, aspecto variable según las condiciones de viento a partir del control establecido por un anemómetro para evitar el vertido de agua a la calzada. Los juegos de agua, que pueden alternarse en su función pero no de forma automática como ocurre otras fuentes, se ven conjugados en horas nocturnas por la iluminación que generan 33 focos. Asimismo, se ha ampliado el bordillo de su circunferencia ajardinada con el propósito de asegurar una mejor defensa ante el tráfico que genera la estación de autobuses. Como resultado, se ha potenciado el resultado decorativo y de perspectiva visual de toda la zona de la glorieta, en unión al jardín contiguo de estilo italiano con las gárgolas acuáticas y su pequeña fuente.

Gabriel Alomar