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Con motivo de las fiestas navideñas, muchas empresas han recurrido al regalo de cestas, lo que constituye una tradición que va a más. La diversificación del mercado, la variedad de productos y la demanda de calidad, constituyen las claves en la composición de este regalo que representa ya uno de los más representativos iconos de la Navidad.

La bonanza económica se traduce en una mayor demanda de cestas por parte de los grupos empresariales y clasificadas en distintas categorías según el escalafón que ocupan sus destinatarios, pero tambien es significativo el mercado particular, cada día más personalizado, como lo prueba el hecho de que las cestas a medida son ya tan habituales como las de catálogo. Y en este caso, el número de productos no importa tanto como su significado social o su imagen de marca. También hay cestas temáticas pensadas para las más variadas aficiones. Por último, cabe señalar que en cuanto a la procedencia de los productos, los mallorquines se combinan con los nacionales, con la desventaja de un mayor precio y una menor venta.Por sexos, diversos estudios sociológicos indican que los hombres aprecian los motivos originales y la calidad del producto, mientras las mujeres se fijan en la cantidad y su coste. Pero, en todo caso la presentación es fundamental y este es el trabajo básico de las empresas que todos los años contribuyen a alegrar estas fiestas con las cestas de Navidad.

Este año, el vino en sus más variadas y prestigiosas etiquetas, representa el motivo temático de la mayoría de cestas, destacando también la demanda de productos como el jamón o el chocolate. Pero, son sin duda los productos tradicionales como el turrón, las figuras de mazapán, los estuches de bombones, los paquetes de galletas, las botellas de licor, las latas de mariscos o los barquillos, los productos que mayoritariamente llenan el contenido de las cestas, cuyo continente es cada vez más significativo hasta el punto de ser diseñado con frecuencia pensando en su conservación como objeto decorativo.

En lo que concierne a los precios, oscilan tanto como lo que valen, 6 o 2.000 euros. Pero, según indicó a Ultima Horael director de Ebasa, Luis Delgado, al frente de una de las empresas distribuidoras más importantes en Mallorca, rondan por regla general entre 60 y 100 euros, con un contenido medio de 20 productos. Durante los días que van del 8 al 20 de diciembre el trabajo de entrega se dispara en jornadas interminables y complicadas por los problemas derivados de un tráfico colapsado. En el almacén de esta empresa se acumulan los futuros regalos en estantes de sucesivos niveles, donde se apilan las cajas que, una vez abiertas se seleccionan y combinan para montar las cestas. Un trabajo en cadena que permite confeccionar varios centenares de todo tipo por día.

G. Alomar (Texto y fotos)