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El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, ha dado por roto el proceso de paz iniciado con ETA tres días después de que el presidente Zapatero anunciara una suspensión temporal de las negociaciones a la espera de que la banda terrorista renunciara a la violencia de forma definitiva.

El ministro Rubalcaba, al igual que Blanco, señaló que el proceso está liquidado y es insalvable y ambos culpan a la banda terrorista de la ruptura del proceso de paz. Ante este nuevo cambio de rumbo en las informaciones ofrecidas por el Gobierno sería conveniente que Zapatero confirmara de forma oficial la nueva realidad política y anunciara qué medidas va a adoptar para regresar al espíritu triunfalista que expuso un día antes del atentado de Barajas.

ETA es la culpable del atentado y la responsabilidad es compartida. Blanco afirma que el atentado demuestra que no ha habido ninguna cesión por parte del Ejecutivo, algo que no hubiera sido ilógico teniendo en cuenta que en una negociación se negocia y se cede en beneficio de un bien común. Todo depende de qué es lo que se da y qué se está dispuesto a dar.

Al margen de estas declaraciones, Rubalcaba -no Zapatero- ha anunciado el inicio de una ronda de contactos bilaterales con los partidos políticos para trabajar juntos y poner fin a la violencia en España, algo que se debería haber hecho desde el principio aunque, como en presidencias anteriores, la unión no garantiza un óptimo resultado. En cualquier caso, la estrategia casi en solitario que ha mantenido el PSOE por una paz legítima y deseada por todos los españoles ha dejado de manifiesto la necesidad de regresar a un frente común contra la violencia. Es hora de dejar en un segundo plano las críticas para trabajar de forma conjunta a favor de la paz.