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Cuando, según el calendario, estamos en tiempos de turrones, chimeneas y recogimiento al calor del hogar o la calefacción del trabajo, en Porto Cristo la Navidad se vivió, al menos ayer, bajo un sol veraniego. En vez de turrones y polvorones a cubierto y resguardados, el día de ayer invitaba a tomar un caña en la terraza de un bar y, de hecho, es lo que hicieron algunos turistas que visitaron la zona costera de Manacor.

Pero hubo quienes fueron más allá y, como si del pleno verano se tratara, no sólo se dieron un chapuzón en la playa del puerto sino que permanecieron horas en la arena y en bañador. Es el caso de una familia que se pasó la mañana entrando y saliendo del mar y cuyos integrantes jugaban a hacer castillos y demás figuras con la arena. Los que más disfrutaban del sol matinal eran los más pequeños del grupo con carreras y persecuciones.

Otros turistas paseaban por la arena y la primera línea de Porto Cristo, un poco más abrigados pero con las chaquetas y jerseis atados a la cintura. El día caluroso fue también un premio para los pocos bares que, al contrario que la mayoría, desafían a la temporada baja y mantienen sus puertas abiertas y que, al menos por un día, tuvieron más clientes que los habituales.

J.M.Sastre