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Hoy, dos días después de que la Asociación para la Recuperación de Memoria Histórica ampliara su denuncia para investigar a las personas «desaparecidas» en Mallorca durante la Guerra Civil, se cumplen setenta años de una víspera de Reyes trágica: la que estuvo marcada por el fusilamiento, el 5 de enero de 1937, de un grupo de mujeres que han pasado a la Historia por su apodo, el de «las rojas de Es Molinar» (donde vivían) y cuya figura más conocida es Aurora Picornell.

David Ginard, historiador que escribió hace unos años una aproximación aún no superada sobre Quiñones («Heriberto Quiñones y el movimiento comunista de España», Edicions Documenta Balear) recordaba ayer a este diario que «las rojas de Es Molinar» fueron «sacadas» de la cárcel de Can Sales (tras la actual biblioteca del mismo nombre) y conducidas a Porreres, donde fueron fusiladas. También que toda la historia de Aurora Picornell venía marcada por la tragedia y por la represión. Sus padres, sus hermanos y su compañero Heriberto Quiñones también fueron asesinados. Este último, de forma cruel y con la espalda rota tras ser torturado.

Esquerra Unida (EU) recuerda hoy su memoria. Aurora Picornell, había nacido en es Molinar (donde hoy existe una calle con su nombre) en 1912 y fue fusilada en el cementerio de Porreres, hace hoy 70 años, junto a Catalina Flaquer Pascual, sus hijas Antonia Pascual Flaquer y María Pascual Flaquer y Belarmina González.

Aurora Picornell es un icono para las mujeres de la izquierda de Mallorca y se le ha llamado «La Pasionaria» de Balears. Fue una de las principales dirigentes del Partido Comunista de España (PCE), había sido militante de la Liga Laica de Mallorca y también del Socorro Rojo. Además fue compañera de un «misterioso» agente internacional comunista, Heriberto Quiñones.

Aquellos eran días de odio y barriadas pequeñas como Es Molinar no eran la excepción. Todavía hay personas que saben que al día siguiente de su fusilamiento, un hombre entró en un bar exhibiendo un sostén. Llorenç Capellà lo cuenta en su «Diccionari Vermell».

«Un personaje tristísimo del fascismo de Palma -escribe Capellá- entraba horas después en un café de Es Molinar y pedía una copa. En un momento determinado se sacaba unos sostenes del bolsillo. 'Mirad, mirad, son los sostenes de Aurora', decía».

Aurora Picornell, Catalina Flaquer, Antonia y María Pascual, además de Belarmina González Rodríguez (la menos conocida de todas, se sabe que vivía en es Molinar y que tenía 25 años, explica David Ginard) han sido incorporados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica al listado de cerca de 200 desaparecidos que, como informaba este diario, se ha presentado en la Audiencia Nacional.