Compasión y espiritualidad al final de la vida

El Teatre Municipal de Palma se llenó de un público sensibilizado, profesionales de la medicina, enfermería y familiares de enfermos terminales, que escucharon con atención las explicaciones de ambos profesionales de la medicina paliativa.

Estos dos importantes profesionales de la medicina fueron presentados por la directora de la Fundació Mateu Orfila, Lourdes Picó, después de que el presidente-editor del Grup Serra, Pere A. Serra, recordara que la conferencia se trataba de «un tema muy interesante» y de un campo de la medicina «poco estudiado».

Espiritualidad
«Dolor y sufrimiento al final de la vida» fue el título escogido por el doctor Marcos Gómez para dar su particular visión de los cuidados paliativos desde el punto de vista de la espiritualidad. Imágenes conmovedoras y elocuentes con gran profusión de citas desde Martín Descalzo a Buda, pasando por Platón, Salvador Espriu, Víctor Jara o Séneca y varias máximas «el gran fracaso de la vida es haber vivido sin amor» o la rotunda «hay quienes dan la vida por salvar a otros y hay quienes matan por salvarse a ellos» fueron utilizadas por el doctor Marcos Gómez para sembrar la semilla de la espiritualidad al servicio de los cuidados paliativos y los enfermos terminales. Espiritualidad entendida no como sinónimo de religiosidad, sino como una forma profunda de ver la vida y la muerte.

«Sólo el sufrimiento nos abre las puertas del conocimiento profundo de la vida», citó Marcos Gómez y lo dijo con la experiencia de una persona, el mismo, que estuvo postrado en una cama durante más de tres años, sin poder moverse, dependiendo y preso de un dolor insoportable de médula que le hizo cambiar totalmente su visión de la medicina y su comprensión de la vida.

En la segunda parte del encuentro el doctor Javier Gómez Batiste habló de «Cuidados paliativos: avances y tendencias evolutivas», con una visión más optimista, pero no por ello menos realista que la del doctor Marcos Gómez, dejando claro que la situación de los cuidados paliativos en el Estado español es buena, aunque como todo se puede mejorar, y que se han producido grandes avances técnicos.

Eficiencia
Gómez Batiste dijo que «está demostrada la eficacia y la eficiencia de las unidades de cuidados paliativos» en el Estado español y que, en unas comunidades autónomas más que en otras, la cobertura de cuidados paliativos supera el 50 por ciento, caso de Catalunya, Canarias, Balears, Navarra o La Rioja.

Por lo que hace referencia a Balears Gómez Batiste destacó la buena calidad de las dos unidades de cuidados paliativos existentes en la empresa pública Gestió Sanitària de Mallorca (Gesma) con la que en abril la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, que él preside, organizarán una conferencia internacional en Palma sobre esta rama de la medicina.

El doctor puntualizó que para valorar a un buen profesional de los cuidados paliativos «basta con comprobar si cumple las cuatro C, que son compromiso, compasión, competencia y comprensión».

Previamente el doctor Gómez Batiste explicó que las primeras unidades de cuidados paliativos se pusieron en marcha en 1967 en St. Christopher de Londres como «hospices» y que este tipo de medicina se empezó a practicar en el Estado español en la década de los 80 y en concreto, en 1986 en Catalunya. Disertó largamente sobre su evolución y mejora en la atención de los pacientes, y sobre el papel que las nuevas tecnologías pueden jugar en un futuro más o menos próximo.

«Con el 0,4 por ciento del coste sanitario de una comunidad autónoma se pueden pagar los cuidados paliativos», afirmó Javier Gómez y matizó que con la implementación de este tipo de cuidados las comunidades autónomas ahorran dinero y mejoran sus servicios, y la calidad de vida y por tanto, de muerte de los ciudadanos y ciudadanas que viven en ella.

Recordó Gómez Batiste que, a nivel de Estado español, se está revisando el Plan Nacional de Cuidados Paliativos 2000-2007, revisión en la que también colabora la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) con la intención de mejorar su eficacia y su eficiencia.