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El romanticismo no ha muerto» o eso es lo que aseguran muchas de las dependientas de las floristerías, que desde hace días trabajan para preparar los cientos de centros o ramos de flores que venderán hoy, día de San Valentín. Los puestos de flores se convierten en uno de los establecimientos más visitados por aquellos que quieren sorprender a sus parejas con un espectacular ramo de rosas o si, por el contrario, son de los que apuestan más por la sencillez, una gran rosa roja de tallo largo o una exclusiva orquídea.

Entre uno y dos euros aumenta durante estos días el precio de las rosas, que hoy se pueden adquirir a unos cuatro euros la unidad. Ramos de mano y centros de rosas desde 20 euros o orquideas, entre 3 y 6 euros la unidad.

Ayer víspera del gran día de los enamorados, muchas de las floristerías se veían sobrepasadas por la gran cantidad de pedidos y encargos. Todos los enamorados quieren hacer llegar hoy su particular detalle a la persona amada y los puestos de flores trabajarán a destajo para cumplir puntualmente con los repartos. «Desde hace una semana estamos recibiendo muchos encargos para este día en el que el regalo de rosas se ha convertido en una tradición», reconocía Guillermo Alemany de la floristería Alemany.

Afortunadamente, San Valentín se amolda a todos los bolsillos, aunque son muchos los floristas que temen que la campaña de este año no sea todo lo buena que esperan «porque ahora la gente dispone de menos dinero para estas cosas», asegura Mª Carmen de Flors Mercé de la Rambla.

Pese a que a los ojos de un enamorado, el gasto es lo menos importante, a una gran mayoría le atrae más el regalo de una rosa individual. «La gente sabe que en estas fechas el precio sube, pero aún así vienen a comprarlas para tener un detalle» asegura la florista Natalia Bauzá.

Y es que aunque nos pese, al final casi todos acabamos rindiéndonos a las costosas tradiciones de este santo del amor o, por lo menos, cayendo en la tentación de obsequiar a quien queremos con una sorpresa o un inesperado detalle en forma de flor.

Ana Largo
Foto: Joan Torres/
Sebastià Amengual