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El pasado fin de semana, la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Palma celebró su anual peregrinación patronal. Los actos empezaron el viernes con la llegada de los hermanos a la casa oficial que la hermandad tiene en la aldea almonteña, aproximadamente un centenar de residentes en Palma.

El sábado, la junta de gobierno tuvo el honor de recibir la visita del presidente del Parlament balear, Pere Rotger, de viaje por la zona, y que fue invitado a participar en la procesión litúrgica.

Por la tarde, los miembros de la junta y su presidente asistieron a la asamblea de hermandades, celebrada en Valverde del Camino, para preparar el camino y demás actos de la próxima romería de Pentecostés. Allí tuvieron la ocasión de renovar la amistad, la convivencia y el hermanamiento con todas las hermandades, algunas centenarias, llegadas de Andalucía y del resto del territorio nacional.

El domingo tuvo lugar el acto central de la peregrinación, consistente en una procesión con nuestro simpecado, admirado por una multitud de fieles, para llegar a la ermita, donde fue recibido por el repique del campanil y el estruendo de cohetes lanzados al cielo.

La solemne eucaristía fue presidida por el reverendo Sebastián Feliu y celebrada por el poeta rociero, el reverendo padre Quevedo, en una ermita repleta de fieles y amenizada por los vibrantes cantes rocieros del coro de la Hermandad de Palma.

Juan Valcés