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Por todo lo alto ha celebrado la comunidad china de Mallorca el Año Nuevo Lunar, con más emoción si cabe por la entrada en el Año del Cerdo, un signo zodiacal muy apreciado por su carácter benéfico y positivo para la economía.

Como cada año, Toni Yoh, del restaurante Gran Dragón, ofreció una cena de año nuevo para una treintena de amigos en el que se sirvieron diferentes especialidades gastronómicas como pato lacado o unos raviolis de carne que simbolizan la forma del oro y que son muy típicos en esta festividad en el norte de China, lugar de origen de su esposa, Laura. Si bien la gran fiesta se celebró el sábado, las celebraciones continúan los días posteriores, cuando se suceden las visitas a familiares, en las que no faltan los manjares y los regalos, ya que según su tradición iniciar el año con algo nuevo siempre trae suerte de cara al año que entra.

Como en años anteriores, ciudadanos chinos llegados desde distintos puntos de la Isla, el pasado domingo se reunieron a manteles en el Casino de Mallorca. Querían dar la bienvendida al nuevo año chino, Año del Cerdo, que por ser un animal mucho más tranquilo que su predecesor, el perro, augura progreso y muchos y buenos negocios.

Este año fueron alrededor de 250 chinos los que celebraron en dichas instalaciones la llegada de este nuevo año. Los primeros comenzaron a llegar sobre las 21.30 horas, y fueron ocupando las mesas habilitadas para la ocasión. En el bufet no faltó ninguna de las especialidades de la cocina china, a las que se sumó la coca amb verdures, pues en este caso es costumbre que el local donde se hace la cena ofrezca algún plato de la gastronomía local, y que hay més nostro que la coca amb vedures.

Por lo que pudimos apreciar, en dicha velada, además de celebrar la llegada del nuevo año, los asistentes estrecharon lazos de amistad pues no todos ellos se conocían entre sí e intercambiaron tarjetas.

Lydia E. Larrey / P.Prieto