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Fue un espectáculo natural digno de ver y que todavía, después de tres días, la gente lo recuerda. El Observatori Astronòmic de Mallorca (OAM), ubicado en Costitx, se llenó durante la noche del sábado de curiosos que deseaban contemplar el eclipse lunar. De hecho, la organización abrió un aparcamiento anexo para dar cabida a los vehículos de los visitantes que superaron el millar cuando sólo se esperaban 600 personas.

La noche poco fría, la oscuridad sólo iluminada por las bombillas rojas del suelo, la música y el compañerismo entre los asistentes convirtieron la explanada del observatorio en una especie de chill out donde todo el mundo hacía y dejaba hacer. Muchos traían comida y bebida de casa y otros iban a buscar al bar. Las colas en los telescopios del observatorio fueron continuas, ya que los ciudadanos querían contemplar el fenómeno de más cerca.

A pesar de que el centro, puso a disposición del público cinco telescopios, unos prismáticos gigantes y dos proyecciones, los aficionados a la astronomía trajeron su material de casa y no dejaron de fotografiar constantemente la luz anaranjada que adquiría la sombra de la Luna a medida que iba pasando el tiempo.

Marta Medrano