Los diputados posaron en una fotografía de grupo en el último plenario de la legislatura. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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El último pleno del Parlament no fue de guante blanco. El diputado socialista Antoni Diéguez y la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, se enfrascaron en una discusión política de máxima tensión en el que el parlamentario del PSOE cuestionó el incremento de patrimonio de Jaume Matas. La vicepresidenta del Govern contestó que Diéguez posee «tres casas, un yate y un BMW». «Usted, señor Diéguez, no es un ejemplo de austeridad, pero nadie pone en duda que todo lo que tiene se lo ha ganado con el sudor de su frente», acusó.

Diéguez abrió el debate con un calificativo. «El actual Govern es el peor de la historia», afirmó el diputado socialista. Posteriormente, Diéguez preguntó cómo Matas puede pagar, con un sueldo de 5.000 euros, un palacete manierista, situado en la calle Sant Feliu, que ha sido catalogado como bien protegido por el Ajuntament de Palma. Después de detallar los metros cuadrados de la vivienda de Matas -unos 500, además de terrazas-, Diéguez desveló que el president tiene una hipoteca que supera los 800.000 euros. «Matas debería ser presidente del Govern 58 años más para pagar la hipoteca. En estos momentos Matas paga 4.100 euros de hipoteca y le quedan menos de 800 para vivir», cuestionó. Diéguez fue rotundo al aseverar que Matas había pagado 4,9 millones de euros por su casa en la calle Sant Feliu. En su primera intervención, Estaràs calificó de «kafkiana, fuera de tono y electoralista» la denuncia formulada por el diputado socialista. La vicepresidenta del Govern acusó a Diéguez de no tener ética por compaginar su actividad como abogado con la de diputado. Según Estarás, algunos clientes de Diéguez se vieron beneficiados con la información que el diputado consiguió a través del Govern del Pacte.

En su contestación, Diéguez lamentó que el PP, «que ha perseguido gallineros y pocilgas, ahora no dé explicaciones sobre un palacete». «Matas tiene que dar explicaciones sobre su patrimonio y si no lo hace, debe dimitir», denunció. Las acusaciones de Diéguez fueron secundadas por la «verde» Margalida Rosselló y Joana Lluïsa Mascaró, del PSM. Poco después, Joan Huguet, portavoz del grupo popular, lamentó el tono de la intervención de Diéguez y se quejó de la imagen que se daba en la Cámara sobre los políticos.