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Los partidos de la oposición (PSIB-PSOE, PSM-EN y EU-EV) dicen que el hospital de Son Dureta se debe mantener en su actual ubicación y, que, por tanto, se deberían paralizar las obras de construcción del nuevo centro hospitalario en Son Espases.

Para ello deberá realizar una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con el fin de cambiar el uso sanitario que tiene el solar. Esta modificación, sin embargo, le crea un problema a Cort: si los terrenos dejan de tener un uso sanitario, volverán a manos de la Tesorería General de la Seguridad Social.

Por contra, tanto el PP como UM son partidarios de dar un nuevo uso a los terrenos del actual hospital que, según ellos, debería transformarse en un pulmón verde anexo al bosque de Bellver, contando con una residencia geriátrica o un centro de día para uso sociosanitario.

Pero ni el futuro Ajuntament ni el Govern podrán hacer una zona verde en Son Dureta porque los terrenos no son de su propiedad. Primero deberán negociar la compra de los terrenos con su propietario, la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) y, por ende, el Ministerio de Trabajo.

Una vez que el hospital de referencia de Balears se construya en la finca de Son Espases, el actual Govern y el Ajuntament tienen la intención de desmontar los edificios de Son Dureta para crear una pequeño espacio sociosanitario en el que ubicar un centro de día o una residencia, y destinar el resto de los terrenos a zona verde.

El solar sobre el que se construyó Son Dureta procede de la unión de dos fincas que suman 81.221 metros cuadrados. Fueron adquiridas por 30 millones de pesetas por el Instituto Nacional de Previsión (INP) con el dinero procedente de las cuotas de los trabajadores.