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Nada menos que cerca de 300.000 kilos de caracoles se consumen al año en Mallorca. Sin embargo no es una zona muy adecuada para la recolección y mucho menos en años, como este, que llueve poco. ¿De dónde salen pues los caracoles que se consumen?

Albert Vidal es uno de los pocos profesionales que hay en la Isla especializado en helicicultura, actividad que se dedica a la cría a ciclo biológico completo de caracoles comestibles terrestres en criaderos abiertos naturales o cercados. «Sólo se crían en granja unos 25.000 kilos de los 300.000 que se comen al año en Mallorca, dice Vidal, los restantes vienen de Marruecos, Argelia, Túnez o Turquía».

En Mallorca, según nuestras investigaciones puede haber unas cinco granjas de caracoles de ciclo completo, es decir: reproducción, nacimiento y engorde. Una de las primeras, sino la primera, fue la de Albert Vidal que se ha convertido en un verdadero profesional en helicicultura. En la misma granja nos cuenta Vidal que los caracoles son hermafroditas, producen tanto espermatozoides como óvulos, sin embargo deben acoplarse a otros, ya que no pueden autofecundarse.

Mateo Cladera