El conseller de Medi Ambient, Jaume Font; la directora general de Biodiversitat, Joana Xamena; el director general d'Emergències, Joan Pol; y el vocal de Protecció de la Federació Balear d'Espeleologia (FBE), Antoni Merino, anunciaron ayer el inicio de la redacción de un plan gestión de la Cova de Vallgornera, dado lo extraordinario de esta cavidad, «única a nivel mundial», según Merino.
Esta cueva fue descubierta en 1968. En 1992, sólo se habían explorados 2.000 metros de galerías, en 1999 se llegó a los 6.435 metros y, en la actualidad, se conocen 31.000 metros de galerías, muchas de ellas laberínticas, y la cueva se extiende todavía más, por lo que, hoy por hoy, se ignora el alcance de todo su trazado (es imposible abarcarlo todo), así como el punto de conexión con el mar, pese a que la costa de zona ya ha sido rastreada por submarinistas para localizarlo, de momento sin éxito. El agua contenida en la cueva es mezcla de dulce y salada (procedente del mar) y registra oscilaciones de unos 40 centímetros en su nivel, que se corresponden con las del mar.
El año pasado, la Conselleria de Medi Ambient determinó cerrar la cueva de una manera eficaz mediante la instalación de un sistema de apertura y alarma vía telefónica. La trampilla de entrada tiene conectados distintos sensores para detectar si es abierta de manera no autorizada, disparándose la alarma y enviando un mensaje de aviso a un teléfono programado.
Medi Ambient y FBE han acordado iniciar la redacción de un plan de gestión de la cueva para garantizar su protección (ya es Lugar de Interés Comunitario, figura de europea de preservación) y su posible uso público, que en cualquier sería muy restringido. Todo ello quedará vinculado a los estudios científicos sobre la geomorfología y la fauna de la cavidad.
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