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El teniente de alcalde de Habitatge, epopular José Manuel Sierra, confirmó ayer que en total habrán sido retiradas 21.369 toneladas de escombros como consecuencia de las obras de demolición de las antiguas viviendas militares del Baluard del Príncep, que se iniciaron el 28 de febrero y que acabaron el 30 de abril. La retirada de escombros se prolongará hasta finales de este mes.

En la zona había dos bloques de viviendas, uno construido en 1952 y otro en 1970, que en total representaban una superficie construida de 24.496 metros cuadrados y un volumen total edificado de 73.488 metros cuadrados. Los dos bloques tenían una altura máxima de siete plantas y había un total de 112 pisos.

Los trabajos de demolición fueron efectuados por la UTE constituida por Melchor Mascaró y Amer e Hijos, por un importe de 807.012 euros. A esta cantidad hay que añadir 1.455.193 euros, que deberá abonar Cort al Consell por el canon fijado en el Pla Director Sectorial per a la Gestió de Residus de Construcció i Demolició, lo que da un total de 2,2 millones de euros.

En el marco de las citadas obras, se llevaron a cabo los trabajos de retirada de los elementos de uralita que tenían amianto, labor que requirió tomar determinadas medidas de precaución y seguridad debido a que se trataba de residuos peligrosos, que fueron retirados por un equipo específico de actuación.

La demolición se llevó a cabo con tres equipos, que actuaron de forma simultánea, dos de ellos trabajando en las zonas más altas de los edificios, mediante dos máquinas de gran alcance, capaces de seccionar mediante pinzas de corte elementos de hormigón a 21 metros o siete plantas de altura.

Una estructura de acero y planchas protegió todos los elementos de la muralla ubicados en la zona de riesgo. Al ser la muralla un Bé d'Interès Cultural (BIC), durante la demolición un equipo de arqueólogos garantizó la seguridad de los elementos patrimoniales y el control de las excavaciones.