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NEKANE DOMBLÀS
Se trata de una ley difícil de escribir y que provoca confusiones a la hora de poner en su sitio letras, 'haches' y 'des'. Pero más que eso, la Ley D'Hondt es el sistema de cálculo del número de representantes que consigue cada partido en función de su número de votos. Su objetivo es dar una proporcionalidad corregida en las instituciones; es decir, que los partidos mayoritarios no arrasen a los minoritarios, pero que tampoco estos tengan una representación política muy superior a la que les correspondería.

En apariencia es un sistema complicado, pero la realidad es mucho más sencilla, como ilustra el ejemplo incluido en el gráfico. Supongamos que, en las elecciones al Ajuntament de Palma, donde hay 29 representantes electos, cuatro partidos políticos consiguen más de un cinco por ciento de los votos, lo mínimo que se exige para tener representación institucional.

El partido 'A' logra 95.000 votos, el partido 'B' obtiene 68.000, la formación 'C' logra 43.000 sufragios y el partido 'C' 18.000. Para calcular el número de escaños que le corresponden a las formaciones políticas hay que dividir cada total obtenido por los partidos de forma sucesiva por 1, 2, 3, 4...

En el primer partido, la división por 2 da un total de 47.500 votos; en el segundo partido, la división da 34.000 votos, mientras que en el tercer partido el resultado de dividir por dos es 21.500, y en el último de ellos, 9.000. Pues bien, la asignación de escaños se da a aquellos partidos que tengan mayores cocientes.