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Santi Oliver ya está en casa, no así sus maletas ni eblokart con el que ha rodado a gran velocidad sobre la superficie del desierto de Gobi, de donde regresa encantado, ya que asegura que la experiencia ha sido muy positiva.

¿Qué es un blokart? Es vela sobre tierra. Vela a toda velocidad. A más de 85 kms a la hora, lo cual sobre una superficie plana, y la vela impulsada por el viento, es muchísimo. «Aunque se puede ir a más. Como todo va en función de tu propia experiencia, a pesar de que el mismo aparato te dice si vas a la velocidad adecuada, es importante conocerte a ti mismo y conocer tus posibilidades, por lo que nunca pretendas ir por encima de ellas. De lo contrario puedes tener problemas», explica. En cuanto a la sensación que se siente yendo en blokart «es de absoluta libertad».

Santi ha estado en el Gobi exterior (SE de Mongolia) con otros once compañeros: cinco neozelandeses, dos holandeses, un inglés y tres franceses, entre ellos uno, Nicol Massat, minusválido (las dos piernas amputadas a causa de un accidente).

Hablamos con Santi en su casa, en Binissalem, ubicada frente al campo de vuelo de ultraligeros que creó su padre, el malogrado Jim Oliver, y que es donde, con otros aficionados ablokart, practican cuando las condiciones climatológicas son favorables. Cuenta que la experiencia vivida en Gobi, además de permitirle conocer gente y lugares nuevos, le ha valido de mucho en lo que califica especie de París-Dakar sobre arenas asiáticas. «A mí, personalmente, me ha supuesto mucho, sobre todo para realizar otros proyectos como el Open de Francia, que se celebrará en el Golfo de León los días 1, 2 y 3 de junio, y en el que seguramente participaremos un equipo de Mallorca compuesto por siete u ocho personas, y en el 2009 intentar batir el récord de velocidad del Lago Salado (Boneville USA) que está en los 93 kms a la hora».

Nos comenta Santi que entre los aficionados ablokart en Mallorca hay algunos minusválidos, «dado que es un deporte muy apropiado para ellos». Y aquí señala a Miguel 'Mich' Manresa, discapacitado, quien a través de ASPAYMA anima a otros a que se inicien o practiquen deportes, y Toni Sureda, tetraplégico. Y añade, «con ayuda de Pau Gispert, que es ingeniero aeronáutico y que también padece una minusvalía, vamos a intentar mejorar el blokart y, sobre todo, adaptarlo a discapacitados. ¿Cómo lo haremos? Él, aportando sus conocimientos técnicos, y yo la experiencia». Oliver asegura que hoy por hoy, y tras el vuelco que le dio el neozelandés Paul Becket, abaratando sus costes, eblokart es accesible a todos los bolsillos. «Puedes conseguir uno nuevo por 2000 euros, aunque si consultas en internet los puedes encontrar de segunda mano, en muy buenas condiciones, mucho más baratos».

Pedro Prieto