Tanto UM como los partidos del Bloc han insistido mucho en la necesidad de mejorar la financiación de Balears. Antich, en su primera comparecencia tras las elecciones, garantizó el cumplimiento de todos los compromisos de Zapatero con Balears. Antich ha aprendido de los errores de su primer Govern y, por ejemplo, ya ha dejado bien claro que no habrá ecotasa. Ha lanzado mensajes de tranquilidad al «sector» (es decir al mundo turístico y al empresarial) y no habrá discrepancias en carreteras, ya que las más controvertidas ya está hechas y todos están de acuerdo con mejorar los accesos a Palma.
Así se ha informado a este diario desde los distintos partidos y por ahí parece que van a ir las primeras negociaciones.
El pacto del 95 se basaba en el reparto de los cargos y aunque se criticara la existencia de dos vicepresidentes, lo cierto es que se salvo episodios muy concretos, aunque graves (Munar llegó a destituir a consellers del PSM), dio más sensación de equipo homogeneo que la que tuvo el Govern de las Islas entre 1999 y 2003.
Una de las grandes bazas de un 'tripartito a la balear' es que no tendrá en contra al Gobierno del Estado, al menos mientras siga en manos del PSOE. Las elecciones generales se celebrarán, posiblemente, en marzo del próximo año y muy mal tendrían que irle las cosas a Zapatero para no continuar gobernando aunque descienda en votos y escaños.
Con un acuerdo de este tipo (a expensas de que Cirer gobierne Palma en minoría), los populares perdieran el control de las instituciones de Balears. A todos los partidos que participarían en el nuevo pato les interesa crecer y piensan que ese escenario les sería favorable.
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