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NEKANE DOMBLÀS
Cuando Jaume Matas (Palma, 1956) entró por primera vez en la Conselleria d'Economia lo hizo como simple funcionario. Seguramente, el día que se sentó en su nuevo puesto de trabajo jamás podría imaginar que acabaría no sólo en el despacho de conseller, sino en sentado en la sala del Consejo de Ministros. Pero eso fue más adelante. Jaume Matas comenzó en política en el año 1989. Fue el entonces conseller d'Economia, Alexandre Forcades, quien se fijó en su capacidad y decidió nombrarle director general de Pressuposts. En el mismo equipo estaban Bartomeu Reus, actual presidente de GESA, y Antoni Rami, que llegó a ser conseller d'Economia cuando Matas fue president. La buena gestión de Jaume Matas hizo que Gabriel Cañellas se fijara en él. En 1993 cambió a Forcades por Matas en la Conselleria d'Economia en un gobierno en el que además estaba Rosa Estaràs. Desde entonces, sus vidas políticas han corrido paralelas.

Matas está viviendo uno de sus peores momentos personales y políticos, comparables seguramente al que vivió en 1996 cuando, tras la forzada dimisión de Cristòfol Soler, fue elegido president del Govern. La zozobra en el seno del PP llegaba a tal extremo que Matas tuvo que someterse a una segunda votación porque en la primera no logró los votos suficientes para ser investido presidente, a pesar de que el PP contaba con mayoría absoluta en el Parlament. Lo consiguió y en los tres años que mediaron entre su elección como president y las elecciones de 1999 desplegó una actividad frenética gubernamental con una acción destacada: la aprobación de las Directrices de Ordenación del Territorio.

En las elecciones de 1999 vino la primera gran decepción de Matas. Parte de quienes le auparon al poder, el sector cañellista del partido, no acudió a votar y el candidato del PP, pese a ser el más votado, vio cómo Maria Antònia Munar se aliaba con la izquierda y le arrebataba el gobierno en la experiencia que se llamó Pacte de Progrés. Su caída fue, al mismo tiempo, su auge porque Matas sólo estuvo nueve meses en la oposición. De hecho, son los único nueve meses que el dirigente del PP no ha estado gobernando en toda su trayectoria política. La solución se la dio uno de sus valedores, José María Aznar, que le llamó para formar parte de su Gobierno como ministro de Medio Ambiente. Allí estuvo tres años, hasta que volvió a Mallorca como candidato en 2003 en unas elecciones muy poco esperanzadoras. Se rompió el pronóstico y ganó. Exactamente como ahora, pero al revés. Jaume Matas, el president absoluto ha decidido ahora que deja la política tras su segunda derrota electoral, la más amarga.