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Los mallorquines regresan a casa tras un agotador fin de semana de fiestas. Ayer lunes, día de Sant Joanet y de descanso para los ciutadellencs, con las tiendas y negocios cerrados acusando la resaca de Sant Joan, continuaron regresando a casa los últimos mallorquines que aún permanecían en la isla después de disfrutar de un intenso fin de semana. El puerto de Ciutadella, desde donde se producen la mayoría de desplazamientos, era la viva imagen del cansancio, con algunos que aprovechaban la espera de los barcos de pasajeros para echar una cabezadita, pero también con muchas caras de satisfacción, después de haber vivido en primera persona unas fiestas que atraen, por su espectacularidad, a miles de personas año tras año. El domingo, día de Sant Joan, se fueron marchando los visitantes que el lunes debían incorporarse a su trabajo; unos en barco y otros en avión, además de los que se trasladaron en embarcaciones particulares, fueron abandonando la isla paulatinamente a lo largo de la jornada. Los más afortunados, los que pudieron prolongar un día más su estancia en la bellísima isla de Menorca, pudieron asistir aún a los últimos coletazos de las fiestas de Sant Joan. Al finalizar los Jocs des Pla, ya entrada la noche, pudieron fundirse entre el gentío local en los Caragols de ses Voltes y de Santa Clara, y disfrutar de los incesantes 'bots' de los caballos.