En la obra participaron niñas con edades comprendidas entre los 6 y los 17 años.

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Un grupo de 120 niñas de la Asociación Cultural Massanella llenó ayer el escenario del Teatre Xesc Forteza en la representación del 'Gran Musical infantil Benéfico Annie', que narra las vicisitudes de una niña tras abandonar el orfanato en el que se encontraba la protagonista. Todo ello, situado tras los años de depresión norteamericana en la década de los años 30.
Más de tres meses de ensayos (incluidos los fines de semana) tuvieron ayer una doble recompensa: primero, los aplausos de un público entregado y, después, la posibilidad de apadrinar a diez niños nicaragüenses, concretamente de San José de Salinas Grande, gracias a los beneficios obtenidos con las dos representaciones que realizará este grupo niñas. Hoy llevarán a cabo la segunda; en esta ocasión será en el Teatre del Mar. Estos apadrinamientos serán gestionados por la Fundación Dasyc.
Solidaridad, confianza, nervios, dedicación y entrega fueron algunos de los ingredientes de una representación que llenó el Teatre Xesc Forteza bajo la dirección teatral de Maika Ferrer y la dirección musical de Sonia Galkin, y en la que estuvieron presentes representantes de algunas de las entidades que han apoyado este musical; entre ellos, Sol Melià, Globalia, Caja Rural, Caja Madrid, Iberostar y Barceló.
«Todas las niñas han puesto mucha ilusión. He trabajado mucho las interpretaciones. Como no son profesionales, he contado también con su imaginación, sus aportaciones personales. Tuve que adaptar el guión en dos ocasiones y se ha simplificado para tener más fluidez, no es una obra rígida y ha funcionado muy bien», afirma Ferrer.
«Annie es una figura entrañable, sentimental y siempre la hemos llevado en el corazón. La obra se adapta a las condiciones que ofrece la asociación», añade.
Sonia Galkin, es la directora artística del musical, destaca el beneficio que «han obtenido las niñas con la representación de esta obra, no sólo en el sentido de una concienciación hacia una buena causa, sino porque se hacen más sociables. Esto les va a servir para toda la vida», afirma.


Mercedes Azagra
Foto: Pere Bota