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Tras franquear el bar restaurante, saturado de gente y con una música marchosa a considerable volumen, nos encontramos con Sonia, Judith, Elena, Jordi y Albert, unos jóvenes turistas catalanes que nos cuentan que visitan Mallorca por vez primera, por espacio de una semana: «Esta playa está muy bien, el mar está muy limpio, mucho más que en la Península y también está al lado del hotel. Nos gusta porque es tranquila y hay un buen ambiente de noche. Y es que, como ellos, muchos otros jóvenes impregnan a esta playa de un carácter propio e inconfundible, que «engancha» a los asiduos.

Cala Major se nos presenta abierta a la bahía, de donde recibe de forma habitual un característico y apreciado oleaje. No en vano, es la zona predilecta entre muchos jóvenes surfistas que practican este deporte los días en que ondea la bandera amarilla, o incluso roja. Apenas llegamos y tras sortear los últimos hoteles que permanecen abiertos en esta zona, treinta años atrás eminentemente turística y hoy día un barrio periférico, recibimos en pleno rostro una suave brisa que atenúa el calor de la carretera. Para llegar, disponemos de tres caminos alternativos: Una larga escalera que baja desde el punto más elevado frente a la escalinata de Son Matet; el acceso principal por la calle Gavina, que se bifurca a derecha e izquierda en torno al primer y encantador Hotel La Cala, que conserva todo el carácter de 1950, y otra escalera, desde la curva que describe la carretera en dirección a Sant Agustí. Y es que, pese a su inmediatez urbana posee el atractivo de contar con un mar cristalino y muy vivo, que hace las delicias de niños y mayores. Es seguramente la playa más querida para los amantes de las olas, que aumentan por la tarde, aún cuando reina el buen tiempo. Un espolón rocoso divide la playa en dos partes diferenciadas a lo largo de sus 200 metros de larga por 70 ancha, flanqueada por acantilados rocosos. Frente a nosotros, en dirección a la izquierda, destaca el majestuoso hotel Nixe Palace, de 1957, cuya estética contrasta con la aglomeración de bloques que saturan el entorno.