Entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2007, y a la espera de que finalice el año, la superficie forestal de Balears afectada por incendios ha sido de 85'36 hectáreas, un 33 por ciento por debajo de la media del mismo período acumulada desde 1997, que asciende a 127'98 hectáreas.
El número de conatos (incendios forestales inferiores a una hectárea) en lo que llevamos de año es 72, un poco por encima de la media de los últimos diez años, que se sitúa en 61, si bien el dato importantes es que los fuegos que han afectado a más de una hectárea sólo han sido 4 en 2007, cuando, desde 1997, la media entre enero y julio es de 11.
Cabe destacar que, en el último decenio, no se ha producido ningún gran incendio, considerando como tal aquél que afecta a más de 500 hectáreas.
En este sentido, han quedado atrás los grandes fuegos de principios de los años 90, que devastaron extensas áreas de Artà, cala Tuent, Serra de na Burguesa, Andratx y La Trapa. En aquella época, los medios humanos y técnicos en la lucha contra los incendios forestales eran muy precarios en comparación con los actuales. Un factor determinante en los últimos años en la eficacia en la extinción del fuego es la rapidez en la detección y la intervención. Asimismo, son importantes la prevención, en forma de vigilancia o creación de cortafuegos, y la concienciación de la población para evitar determinadas prácticas. También resulta llamativo que, en 2007, la mayor parte de superficie afectada corresponde a pastos y dehesas, y no a superficie arbolada.
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