Un año más, Joan Mas venció a Dragut. Foto: JAUME MOREY

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Miles de personas llegadas de toda Mallorca vibraron ayer con el tradicional simulacro de moros y cristianos con el que se rememora el ataque de los moros a Pollença el 31 de mayo de 1550 y que este año fue algo accidentado al desplomarse una pared del campo de fútbol donde se celebra la batalla campal. A pesar del susto inicial, sólo hubo que lamentar dos heridos, uno con un golpe en la cabeza y otro con rotura de tibia y peroné.

A las siete en punto de la tarde, tal y como manda la tradición, Joan Mas, encarnado por Bernardí Salas este año, salió a las céntricas calles de Pollença al grito de «Mare de Déu dels Àngels, assistiu-mos! Pollença, aixecau-vos! els pirates ja són aquí!».

Hace unos días los protagonistas de la fiesta de este año, Bernardí Salas como Joan Mas y Miquel Morro como Dragut, dejaban claras sus intenciones de ser más fieles que nunca al origen de la historia marcándose como un auténtico reto el hecho de que esta vez fueran los moros quienes se lanzaran contra los cristianos y no al revés, como venía ocurriendo en los últimos años.