Ante la agreste playa de La Victòria, muchos turistas se detienen en el mirador que domina el panorama, para contemplar la bahía de Pollença en todo su esplendor. Por desgracia, los incendios forestales y los temporales han dejado su huella en este antaño frondoso pinar, ahora inmerso en una incipiente recuperación a nivel de matorral y monte bajo.
En esta atalaya privilegiada, a escasa distancia de la célebre ermita con su hospedería, encontramos a Vanesa y Teresa, dos jóvenes amigas, de turismo por este lugar, que lamentan la poca tranparencia que muestran hoy estas aguas: «Antes esta playa estaba más limpia. Ahora hay suciedad flotando, el agua está turbia e incluso hemos visto manchas de aceite en el otro lado. Es lamentable que haya tan poco respeto por el medio ambiente, hasta el punto de dejar la basura en cualquier sitio de la costa», indican apesadumbradas.
Mallorca, en su opinión, es un lugar ideal para disfrutar de unas vacaciones, «pero de año en año nos da la impresión de que hay menos sitios que conserven un paisaje natural como éste o el de Lluc Alcari, que tambien conocemos. Cada vez hay más construcciones por todas partes y también más yates que ensucian y fondean en cualquier sitio, es una lástima que no se pueda detener este crecimiento insostenible, porque Mallorca se merece un mayor respeto por su paisaje y su ecosistema», recalcan, demostrando una sensibilidad cada día más evidente a la hora de preservar el patrimonio natural y el ecosistema, tanto entre los turistas como entre los residentes. Un dato a considerar.
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