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La rotura de dos tuberías de impulsión en la zona de Cala Major provocó ayer un nuevo vertido de aguas fecales en un tramo de la playa de la zona, lo que obligó a cerrarla por segundo día consecutivo. Cabe recordar que el pasado jueves, un fallo en la estación impulsora provocado por una pequeña avería de GESA derivó en un primer vertido de aguas residuales en un tramo de 15 metros de la playa, por lo que permaneció cerrada desde el mediodía hasta primera hora de ayer viernes, cuando fue reabierta al público debido a que los análisis llevados a cabo desde el jueves confirmaron que no había indicios de contaminación.

La teniente de alcalde de Medi Ambient y presidenta de Emaya, Cristina Cerdó, de UM, y la vicepresidenta de Emaya, Magdalena Tortella, visitaron ayer la playa de Cala Major, para interesarse por los trabajos de limpieza.

Cerdó explicó que la primera rotura tuvo lugar sobre las 04.30 horas de la madrugada y la segunda sobre las 09.30 horas, cuando se dirigían las aguas residuales hacia un emisario de Sant Agustí. Fue a partir de ese momento cuando las aguas residuales se dirigieron hacia un tramo acotado de la playa de Cala Major, de unos 25 metros, llegando a entrar la suciedad en algún momento en el mar, lo que provocó el cierre de la playa y la colocación de la bandera roja. Al igual que había ocurrido el día anterior, se llevaron a cabo diversos análisis, que confirmaron que no había tampoco indicios de contaminación, por lo que, en principio, la playa se reabrirá hoy sábado de nuevo al público.

La presidenta de Emaya dio a conocer que ha pedido a los técnicos de la empresa un informe sobre el estado de las tuberías, con el objetivo de sustituir las que estén en mal estado. Por último, destacó que «los profesionales de Emaya son excelentes».