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Cientos de personas pasaron ayer por el Monestir de la Real para venerar la imagen de Sant Bernat, y hoy lunes se espera que vuelva a ocurrir igual, en el marco de las fiestas que cada mes de agosto desde el siglo XIII tienen lugar en este enclave de gran valor histórico y patrimonial, en el que residió el beato y filósofo Ramon Llull, ubicado en la barriada palmesana de es Secar de la Real.

Este año, por vez primera desde 1992, no tuvo lugar la llamada romería institucional, que partía desde la Plaça de Cort y llegaba hasta el propio monasterio. Como es sabido, en 2004 y 2006 se vivieron momentos de gran tensión en las proximidades de La Real, que derivaron en importantes incidentes, en el marco de las protestas que tuvieron lugar en esos años por el proyecto del Govern de construir el nuevo hospital de Son Dureta en el solar de Son Espases Vell.

En este sentido, el prior del Monestir de la Real, Antoni Vallespir, destacó ayer que la jornada festiva transcurrió con «absoluta tranquilidad». El carácter reivindicativo de la fiesta estuvo presente, no obstante, un año más, en una exposición instalada por la Plataforma Salvem la Real.

Por otra parte, en el camino de entrada al claustro había las tradicionales paradas, y en ellas podían comprarse desde collares, juguetes, flores y objetos de barro cocido hasta buñuelos, crepes, productos naturales envasados y chucherías para los más pequeños.

Por la tarde, tuvo lugar la misa previa a la festividad de Sant Bernat, y a continuación fueron numerosas las personas que veneraron la imagen de este santo y recogieron un ramo de alfabeguera.

Josep Maria Aguiló Foto: Teresa Ayuga