Cort busca el modo de limitar el número de oficinas y bares en los polígonos

Fuentes del Consistorio de Palma, de los diferentes partidos que conforman la actual mayoría municipal, han confirmado a este diario que el departamento de Urbanismo, que dirige personalmente la alcaldesa, ha encargado un estudio con vistas a aprobar nuevos usos para los polígonos y evitar, a partir de ahora, la proliferación de oficinas, bares e incluso otro tipo de equipamientos y zonas de ocio.

Este asunto se lleva con suma discreción en el Ajuntament ya que, en líneas generales, lo que se está preparando es una «moratoria». Hay algunos servicios que aún podrían legalizarse pero otros nuevos ya no.

Palma no es una ciudad industrial sino más bien de servicios y eso es lo que llevó al anterior equipo a abrir la mano a negocios e instalaciones que en otras ciudades no se instalarían en un polígono, sino en el casco urbano. El suelo industrial es, en muchos casos, más barato y eso se utiliza por algunos empresarios.

Fuentes empresariales han expresado a este diario su temor a que algunas inversiones que habían previsto no puedan llevarse a cabo, sobre todo al trascender el propósito del equipo de gobierno de abordar esta reforma. ¿Los bares y cafeterías de los polígonos deben pertenecer a una empresa que desarrolla allí su actividad?, ¿tienen que ser exclusivamente cantinas de empresas?, ¿puede haber salas de conciertos?, ¿hay que modificar los volúmenes y evitar las oficinas? Todas estas cuestionen son las que se están valorando en estos momentos por el departamento de urbanismo.

Desde el sector empresarial se argumenta que Palma es una ciudad de servicios y que la actual norma permisiva tiene justificación.
Hoy se reúne la Comisión de Gobierno del Ajuntament de Palma, aunque no está claro que se tome una decisión al respecto. «Como en las moratorias urbanísticas, estas cuestiones no se anticipan sino que se publican cuando están aprobadas», dijeron a este diario.