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M. GONZÀLEZ El sábado 27 partirá rumbo a Roma una delegación mallorquina para asistir el domingo al acto de beatificación por parte del Papa Benedicto XVI de un grupo de religiosos mallorquines, conocidos como los mártires del Coll, fusilados en Barcelona entre los días 23 y 24 de julio de 1936.

En total partirán desde Palma unas 180 personas, entre ellas el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, varios capellanes, los alcalde de Sa Pobla y Mancor de la Vall, así como familiares de los religiosos que van a ser beatificados de Sa Pobla, Mancor, Petra, Llubí o Sóller. Sa Pobla será el municipio mejor representado, con unos 60 vecinos, con su alcalde a la cabeza, Joan Comes; el rector de sa Pobla, Joan Pons, y el presidente de los Antics Blavets de Lluc y regidor actual de Participación Ciudadana, Gabriel Ferragut.

El viaje durará tres días, desde el sábado por la mañana hasta el lunes por la noche y las personas estarán alojadas en dos hoteles y dos colegios religiosos. Según explicó ayer Ferragut, «el primer día, además de hacer turismo, el grupo participará en una misa de bienvenida, lo mismo que el lunes». Pero el domingo es el gran día que todos esperan: «ese día acudiremos al acto de beatificación que tendrá lugar en la Plaza de San Pedro, a las 10.00 horas».

Además, desde el Obispado se informó de que otro grupo de fieles viajará a la capital italiana desde Menorca, haciendo escala en Palma, para pasar ocho días en Roma.

El grupo que será beatificado es conocido como los mártires del Coll, nombre de la barriada barcelonesa donde desempeñaban sus vocaciones religiosas cuando estalló la Guerra Civil.

Los religiosos eran cuatro misioneros de los Sagrados Corazones: el padre Simó, el padre Miquel, el hermano Francesc y el hermano Pau y dos franciscanas Hijas de la Misericordia: Sor Catalina y Sor Miquela. Y, finalmente, la única laica del grupo y de origen catalán, Prudencia Canyelles.

El grupo vivía en el barrio obrero del Coll. Los religiosos presbíteros se dedicaban a los ministerios pastorales y los coadjutores realizaban las tareas domésticas. Las religiosas franciscanas velaban a los enfermos que así lo solicitaban a la congregación o cuidaban de los niños pequeños. Los mártires del Coll, que apenas eran conocidos más allá del círculo que frecuentaban, forman parte de los 2.000 mártires de la Guerra Civil española que el Papa beatificará.