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TORRES BLASCO/JAVIER JIMÉNEZ

El delegado del Gobierno, Ramón Socías, indicó ayer que las primeras informaciones parecen descartar la existencia de una trama mafiosa organizada tras la llegada de una embarcación con 19 inmigrantes, 18 argelinos y uno tunecino, a Cala s'Almonia (Santanyí).

Socías dijo que «es prácticamente imposible» poner barreras a la inmigración e informó de algunas hechos concretos que, en su opinión, dificultaron la localización de la patera antes de su llegada. Fue localizada cuando los inmigrantes ya habían desembarcado y gracias al aviso de un policía local a la Guardia Civil.

El delegado del Gobierno afirmó que fue cuestión de «suerte» que los dos radares móviles que operan en Mallorca no detectaran la embarcación. «Los radares no son infalibles», dijo Socías, quien recordó que su alcance es limitado y que, en el momento en que la embarcación con los inmigrantes ilegales llegó a la costa, los camiones no estaban vigilando en esa zona. Socías descartó, sin embargo, que los inmigrantes tuvieran información privilegiada de la zona donde operan los vehículos con los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior, ya que «ni yo sé donde están».

El delegado expuso que dos circunstancias también fueron una suerte para los navegantes: la calma de la mar y la niebla. Socías dijo desconocer cuál de los inmigrantes era el patrón de la embarcación ya en los interrogatorios ninguno se ha confesado como tal. Lo que descartó es que exista otra embarcación en la que haya podido huir. Socías también negó que se haya encontrado algún antecedente delictivo en los inmigrantes llegados ayer, ni de delitos comunes ni de terrorismo, y ha dicho no poder asegurar que no sean miembros de Al-Qaeda, aunque ha afirmado que el nivel de seguridad de su filiación es «muy elevado».

El asunto de la llegada de la patera se convirtió ayer en un ingrediente de la brega política, hasta el punto de que el president Antich criticó la «hipocresía y la demagogia» del PP en materia de inmigración, ya que, dijo, cuando este partido gobernaba en España permitió que hubiera miles de inmigrantes irregulares, que trabajaban «sin ningún tipo de seguridad social», lo que suponía una «competencia desleal» a los trabajadores españoles. El president consideró una reflexión de «muy bajo nivel» la realizada por el portavoz del PP, Miquel Ramis, quien acusó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero de haber convertido Balears en una «nueva ruta» de entrada de inmigrantes africanos a Europa por el «efecto llamada» provocado por su política de regularización. Antich remarcó que a través de la regularización, se «puso orden» a la situación laboral en la que se encontraban los inmigrantes, como consecuencia de la política impulsada por Aznar.