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El mallorquín Hugo Ramón, condecorado como el mejor navegante de 2005, con apenas 20 años, ha sido el skipper más joven en concluir la regata Mini Transat, consistente en cruzar el Atlántico en solitario en un barco de 6'5 metros de eslora. Toda una hazaña que le otorgó su segunda elección como navegante del año por el Real Club Náutico de Palma, donde se ha formado.

En 2003 ya obtuvo este reconocimiento al ganar la 'Mare Nostrum' (500 millas en solitario por el Mediterráneo) con tan sólo 18 años. La Mini Transat está considerada como una de las regatas más duras a lo largo de 4.300 millas de recorrido. La travesía parte de La Rochelle, en Francia y tras surcar el difícil golfo de Vizcaya, sigue hacia Madeira y Cabo Verde, para a lo largo de la temidas calmas ecuatoriales, sin conexión a internet y en la más absoluta incomunicación, con la única energía del viento, cruza el océano hasta Salvador de Bahía, en Brasil.

"Háblanos de tus momentos mágicos en el mar.
"Los mejores momentos no los he vivido intensamente, debido a que siempre tienes que estar pendiente de los marcadores digitales y apenas tienes un momento para disfrutar del entorno. Lo que mas notas es la diferencia en la intensidad de la luz en relación a lo que estamos acostumbrados en Mallorca. Me impresionó especialmente el efecto de la luna naciente sobre el horizonte marino. Como una pelota naranja enorme. Un momento para recordar es el que te ofrecen los atardeceres, por las distintas tonalidades de rojo cambiante que se dibujan en el cielo. Pero tienes poco tiempo para ocuparte de eso. Solamente dormía veinte minutos cada cuatro horas y por la mañana el sueño te vence, me perdí muchos amaneceres. Lo mejor es la paz que se siente, pero no de libertad, porque la competición condiciona la navegación todo el rato. Debes estar pendiente de los instrumentos. Para navegar prefiero la noche al día, aunque es más peligrosa. El mar se funde con el cielo. La navegación diurna es más monótona, es algo mas frío, pero a veces si he tenido problemas he ansiado la salida del sol.

"¿Cómo empezó tu pasión?
"Es una afición que se remonta a la infancia. Mi padre tenía un barquito cuando yo era pequeño y él era mi héroe, cuando me invitaba a navegar. La lectura de las gestas de navegantes legendarios, como Joshua Slocum o Eric Tabarly, entre otros, también me indujo a dar este paso. Después empecé a participar en distintos campeonatos y a ganar trofeos desde los 12 años en Optimist. Tuve la suerte de tomar parte en la Copa del Rey a los 13 años. Mi socio, Jaime Tur, me ha ayudado mucho.

"¿Qué aconsejas a los que empiezan?
"La vela oceánica es más difícil, en España somos cuatro. Tienes que ser muy tenaz y no desanimarte. Todas las ideas las llevo a cabo y la gente de alrededor siempre te ayuda, pero si tienes altibajos les afecta por igual. Debes ser la esencia y el motor, nunca abandonar o retirarte por duras que sean las condiciones y mentalizarte de que no te lo puedes montar solo, necesitas la ayuda de los demás. He tenido la suerte de contar con un gran equipo.

"¿Cómo recuerdas los peores momentos a bordo?
"Toda mi segunda etapa de la Transat 2005 fue muy dura. El barco casi se había hundido, me obligaron a abandonarlo. La travesía se realizó con olas muy grandes y medio dormido, me percaté de que estaba al revés. Me di cuenta por la posición invertida del instrumental. Este año era importante y sabía que podía ganar. Durante los 20 días que duró la travesía no tuve apoyo ni esperanza, había atrasado dos días y me había pasado otros tres parado. No tenía ninguna posibilidad, pero continué callado y sin poder balbucear palabra, fue una sensación de derrota muy dura pero me ayudó a proseguir la ilusión de apoyar a Aspanob. A una o dos millas no ves un barco de noche. Me crucé con uno y tuve un presentimiento. Me dije Hugo vuelve, di la vuelta y me encontré a su tripulante en el agua, sin chaleco salvavidas. Se llamaba Christian y era de Austria. Pude salvarlo de casualidad, ya se estaba dejando morir, en estas condiciones no hubiera durado mucho.

"¿Cómo han evolucionado los barcos de competición?
"En la actualidad los barcos son más potentes y más rápidos que años atrás. También resultan más peligrosos y más seguros. Nunca he tenido claro si quería ir en navegación de crucero, me gusta la competición y en solitario no lo haría. Solamente lo haría con amigos, para disfrutar de su compañía, si es por el placer de navegar.

"¿Qué representa para ti el Club Náutico de Palma?
"El Club Náutico de Palma ha sido casi todo para mí, más o menos como mi segunda casa, se lo debo todo.
"¿Te ha tentado tripular un clásico?
"Los barcos de madera tiene su propia forma de navegar y son diferentes en todo. Han sido la esencia y la herencia de la náutica que por fortuna ha llegado hasta nuestros días a través de los ejemplares que se han conservado y compiten en regatas como el Trofeo Almirante Conde de Barcelona.

"¿Que proyectos tienes a corto plazo?
"Nuestro proyecto más importante es la construcción en Mallorca de un velero de cuarenta pies para vela oceánica, a partir de un diseño de Jaime Jáudenes. Será muy avanzado cien por cien mallorquín.

Gabriel Alomar