Así lo manifestó ayer durante la constitución del consejo asesor de la Eurorregión, durante la que se reunieron en Palma los 30 representantes que integran la institución, que está formada por sindicatos, patronales, consells insulares y representantes del Ejecutivo balear. Al encuentro también asistió el conseller de Presidència del Govern, Albert Moragues.
Durante su intervención, Antich se mostró «contento» por la participación de la sociedad civil en la iniciativa y manifestó su intención de compartir «el futuro» con otras regiones europeas, al tiempo que resaltó que, durante la presidencia de Balears, «no se puede perder ninguna oportunidad».
«La presidencia de la Eurorregión abre una serie de posibilidades que permitirán al archipiélago compartir energías y una apuesta clara por asuntos como el medio ambiente o el avance cultural y social», aseguró tras el encuentro.
Balears es uno de los miembros fundadores de la Eurorregión Pirineos-Mediterráneo, conjuntamente con los gobiernos regionales de Catalunya, Aragón, Languedoc-Rosselló y Midi-Pyrénées (Francia). El objetivo de la alianza es unir esfuerzos para crear en el noroeste del Mediterráneo un polo de innovación y crecimiento sostenible basado en la conexión entre los centros industriales, científicos y tecnológicos de la Eurorregión, poniendo en común las fuerzas de sus territorios y su ciudadanía.
El Govern ha organizado una serie de actos que se celebrarán durante el año en que Antich será presidente de la Eurorregión. Además, ha organizado una suerte de «ofensiva diplomática» para intentar que Aragón se reincorpore a la entidad y que el presidente de la región francesa de Languedoc no la abandone. Freche, el presidente de Languedoc, dio a Antich un año para resolver los problemas de financiación.
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