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Esta mujer, llamada Amada Contreras Vargas, alicantina de cuna, aunque mallorquina de adopción, esposa y madre, cajera en una gran superficie comercial y cantante que domina muchos estilos, puede proclamarse el próximo jueves ganadora del concurso 'Tú sí que vales', a cuya final ha llegado con otros catorce candidatos. «Si no lo consigo "señala" no pasa nada, porque tras haberme presentado a un cásting con un millón de personas y haber llegado hasta aquí, me doy por satisfecha, aunque me gustaría ganar, claro. Por lo que eso representaría para mí "y no lo digo sólo por los 30.000 euros que pueda ganar", sino porque el triunfo se lo podría dedicar a mi padre, cantaor toda su vida y hoy enfermo, tendido en una cama, como un vegetal. Y... pues si no gano seguiré luchando por lo que he soñado siempre ser: cantante. Y lucharé, como mínimo, hasta los 35 años. Hasta ahí me voy a dejar la piel sobre los escenarios».

Es más, gane o no el concurso, Amada lo intentará por otro camino. «A través de Operación Triunfo, en el que el año pasado me quedé en puertas, y que el jueves, en Palma, me presentaré al cásting de esta nueva temporada».

Amada que, como hemos dicho, trabaja en un supermercado, cada vez que surge la ocasión, canta. «Donde me llamen, sean fiestas privadas o fiestas de Sant Sebastià. Me da lo mismo» ¿Que si va confiada? Respeta a los otros candidatos y, «aunque canto desde los ocho años, me pongo nerviosa cada vez que subo al escenario», pero tiene una especie de pálpito. «Entré en el cásting de 'Tú sí que vales' sin haber pensado siquiera presentarme a él. Cuando estaban recogiendo, me presenté ante Naomi. Le pedí por favor que me escuchara cantar un tema de Nica Costa. Me dijo que no podía ser... Insistí. ¡Por favor! Accedió, me escuchó, se emocionó, me dio un beso y un número y... '¡Adelante! Tú sí que vales', me dijo... Y aquí estoy. Por eso creo que a lo mejor...».

Amada me deja un numero de teléfono para que lo publique. 905 445677. «Que llame la gente. Cuantos más lo hagan, más posibilidades tendré». Y cerrando los ojos, apostilla: «Si no gano... seguro que algo bueno me pasa».

Pedro Prieto