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JUAN MESTRE

Un mes después de que la Ley de la Vivienda fuese admitida a trámite en el Parlament, Miquel Nadal, presidente de Unió Mallorquina, todavía no conoce la solución que piensa proponerle Francesc Antich para salvar la medida que debería servir para construir 5.000 viviendas sociales esta legislatura. «La postura de UM sobre la ley de la vivienda es innegociable. Nuestro partido rechaza totalmente que se pueda construir en suelo rústico. El que tiene que proponer una solución es el Govern», declaró ayer Nadal a este periódico.

Nadal y Antich han hablado dos veces sobre la Ley de la Vivienda. En la primera, el presidente de UM le advirtió al jefe del Ejecutivo que no aprobase una medida que contemplaba la construcción de viviendas sociales en suelo rústico. Antich hizo caso omiso a Nadal y el Consell de Govern aprobó la ley y más tarde la remitió al Parlament. En la segunda conversación, el president del Govern planteó a Nadal la necesidad de dialogar, pero sin concretar cómo se solucionaría el problema. Ayer, Nadal todavía no sabía cuándo se reunirá con Antich para encontrar una solución.

Pero el president del Govern se encuentra en un «callejón sin salida» para sacar adelante la ley de la vivienda. Si quiere suprimir la posibilidad de construir en suelo rústico, Antich deberá consensuar con el PP la inclusión de enmiendas «in voce» ya que el plazo de presentación de modificaciones ya ha concluido. Sin embargo, la solución, técnicamente, es complicada porque el Govern tiene poco margen de maniobra. La más fácil sería retirar la actual ley y aprobar otra que haya sido consensuada entre todas las fuerzas que forman parte del Govern. Si se depende del PP para presentar enmiendas fuera de plazo, el Govern no tiene ninguna posibilidad de conseguir su objetivo.

La Ley de la Vivienda fue admitida a trámite por la Cámara a finales del mes de febrero pero en estos momentos todavía no se conoce cuándo se constituirá la ponencia que debe finalizar la tramitación de la normativa antes de volver al pleno, si es que finalmente el Govern no acuerda su retirada para proponer otra redacción que sí cuente con el apoyo de Unió Mallorquina.

Una solución que se ha barajado es la posibilidad de dar más competencias a los consells, pero parece que la propuesta también es inviable. Para dar más protagonismo a los consells se tendría que modificar la ley de la vivienda y ha concluido el plazo para hacerlo.