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LLUÍS PLANAS El rechazo del alumnado autóctono hacia el colectivo de inmigrantes es mayor en los centros escolares donde la presencia de extracomunitarios es casi inexistente. Por contra, en las escuelas donde están más presente, la valoración negativa del resto del alumnado que comparte educación se reduce de manera significativa.

Esta tendencia inversa entre la representación social sobre los inmigrantes y su presencia en las escuelas se desprende del estudio «Las representaciones sociales de alumnos de ESO sobre los inmigrantes», realizado por el sociólogo y profesor de la UNED de las Islas Carlos Vecina. La muestra se ha realizado a partir de encuestas comparativas entre estudiantes de quince años de origen autóctono de dos centros del barrio de Son Gotleu: uno concertado, donde el porcentaje de inmigrantes no llega al 2% del alumnado, y uno de público, donde representan el 22%.

En el centro concertado, casi la mitad de los encuestados, un 45%, contestaron con valoraciones negativas con respecto al colectivo de inmigrantes. Las respuestas catalogadas como positivas o neutrales significaron únicamente el 13% en los dos casos, mientras que un 18% reforzaron la diferencia de los extranjeros, aunque de manera positiva.

Las respuestas cambian de arriba abajo en el centro público, donde hay alumnos de 22 nacionalidades extracomunitarias. El porcentaje de valoraciones negativas es tan sólo del 4'5% -en el concertado, del 45%-, las definiciones positivas sobre los inmigrantes aumentan hasta el 18%, mientras que los que se muestran neutrales son justo la mitad.

Vecina advierte con cautela sobre los resultados de una muestra reducida, pero a cambio ofrece otras tendencias interesantes, fruto del hecho de que el objeto de estudio es precisamente un barrio de Palma como Son Gotleu, donde la presencia del colectivo inmigrante es muy importante, con los consiguientes problemas entre la población autóctona por la competencia en un mismo espacio social.

De esta manera se puede observar que en el centro concertado las valoraciones negativas sobre los inmigrantes aumentan por el hecho de vivir en el barrio, con todo lo que eso implica, y se refuerza si los encuestados pertenecen además al mismo instituto concertado.

El rechazo hacia los extranjeros se concentra en sujetos mayoritariamente del sexo masculino que pertenecen a los cursos que comprenden mayor fracaso escolar y con características conflictivas que en muchos casos hacen que el centro los segregue.