Una de las actividades fue ponerse cara a cara con un compañero, mientras que uno era el espejo y debía imitar los gestos del otro.

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Hace cosa de 30 años se dieron cuenta en Estados Unidos de que en el único momento que los pacientes de los hospitales disfrutaban un poco de su obligada estancia era cuando escuchaban un programa de humor por la radio. Ahora, en 2008, ya es sabido que la terapia de risa o risoterapia estimula el riego sanguíneo, tal que elimina el estrés y demás tensiones. Y así fue para las cerca de 80 personas que ayer se reunieron en el Centre Cultural de Son Ferriol para recibir una divertida y sana sesión de manos del psicólogo Javier Delgado. «A veces vamos por la vida como una moto, esto nos quita las ganas de reír y para eso estamos aquí, para reír», contaba Delgado. Durante varias horas, y de forma gratuita, este amplio grupo de adultos que no se conocían entre sí matuvieron una acalorada y rejuvenecedora sesión terapéutica, que, tal y como decía Joan Casella, director de los centros culturales: «Es como otra terapia cualquiera, sólo que en este caso se aplica mediante la risa». Y no fue para menos, primero se saludaron todos mientras caminaban por la sala, luego tuvieron que ver de qué color tenían cada uno los ojos, hablarse como si estuvieran borrachos o algo parecido, saludarse mutuamente al modo mallorquín (uep!), al modo esquimal, africano, electoral, y hasta del modo Son Sant Joan (con un abrazo de despedida).

Es curioso saber que existen distintas clases de risoterapia, en función del grupo que va a practicarla. Si la gente ya se conoce o no, si son adultos o niños, sólo chicas... cambian las técnicas y la actividades que el grupo desarrolla. Para terminar, recordamos una cita del psicólogo Delgado: «Uno puede reír tanto si quiere como si no». La próxima, en s´Hostalot.

A.Cabot

Foto: C.Castro