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JOAN RIERA Jaume Font, conseller de Medi Ambient del Govern de Matas, llevaba el peso de la negociación con el Consell de Mallorca dentro de la tarea política referida sobre las Àreas de Reconversión Territorial (ART) que se debían incluir en el Plan Territorial. La actuación de Font se centraba, sobre todo, en trasladar una ART que se tenía que ubicar al lado de Son Espases hasta la finca es Creuers de Marratxí. El beneficiario era la empresa del promotor Mateu Sastre.

Estas reuniones, nunca negadas por el Consell de Mallorca y a las que asistía el conseller insular d'Ordenació del Territori, Bartomeu Vicens, eran consideradas como una «negociación política» en la que participaban, a partir de finales de 2003, destacados miembros del Govern Matas. En aquel momento PP y UM eran aliados. Acudían a las reuniones por parte del PP la vicepresidenta Rosa Estaràs y los consellers Joan Flaquer (Turisme) y Mabel Flaquer (Obres Públiques). Pero el que llevaba el peso era el conseller de Medi Ambient, Jaume Font, que iba acompañado por su secretario general técnico, Miquel Ramis d'Ayreflor.

El objetivo de Font era que la ART que se tenía que ubicar en Son Espases se desplazara hasta es Creuers de Marratxí. Así, el Consell habría recibido sugerencias en este sentido por parte el PP. Se ha de pensar que ya se esperaba que el anuncio de construir el macro hospital en la zona produciría una gran protesta popular en La Real. La idea primitiva, que sería hacer urbanizables los alrededores de Son Espases, podría topar con una gran resistencia ciudadana. La Real había dejado de ser negocio para la opción empresarial que defendía la cúpula conservadora.

En este contexto, Font movió ficha a favor de es Creuers, propiedad del promotor Vicenç Grande pero que éste revendió, en una operación incomprensible, al promotor Mateu Sastre, muy ligado a la cúpula del Govern de Matas.

Así, Medi Ambient habría podido realizar un informe en el que catalogaba de «zona inundable» las proximidades de Son Espases, haciendo aconsejable el traslado de la ART a es Creuers. De aquí la importancia de Jaume Font. Él tenía el manejo técnico que podía hacer cambiar las cosas. La plusvalía, según la Fiscalía, de la operación sería de 93'4 millones de euros.