Los jóvenes se comunican con mensajes de texto a través de un lenguaje que cada vez cuenta con más abreviaturas.

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Millones de usuarios de teléfonos móviles y de chats teclean diariamente símbolos, números y letras mezclándolos con abreviaturas para comunicarse por mensajes de texto a través del teléfono móvil o vía internet. «Hms kdao sta noxe a las 11; t viens?»; «T llam + tarde»; «llgo en 10 min» son ejemplos de los miles de SMS abreviados que se envían a diario.

Algunas opiniones consideran que los mensajes de móvil aumentan la pobreza del lenguaje. Otros van más allá y afirman que los mensajes cortos son los causantes de que los jóvenes cometan más faltas de ortografía.

Al margen de ello, el hecho de escribir con corrección un mensaje de texto en un celular con los acentos gráficos correspondientes puede llegar a triplicar el precio del SMS, según han denunciado distintos usuarios a través de foros de internet.

Además de las tildes en determinadas vocales, existen otros caracteres que encarecen el precio del mensaje de texto, tales como el signo de interrogación inicial (¿), la diéresis (¨) o la ce cedilla que se utiliza en lengua catalana (ç).

Muchos jóvenes ponen en práctica la cita de Baltasar Gracián, «lo bno si es bve, 2vs bno», a la hora de enviar SMS a sus amigos.

«Prefiero escribir los mensajes abreviados porque así ahorro espacio y me doy más prisa, además es más barato porque consigo poner todo lo que quiero en un solo SMS», comenta Coral, estudiante de segundo curso de Bachillerato. Paqui es otra estudiante que se queja de que algunos signos aumenten el precio del mensaje de texto: «Hay veces que sí que pongo todas las tildes pero me parece un timo que te las cobren». Francesca, de 17 años, comenta que «si tengo que escribir una frase corta pongo todas las letras; intento no hacer faltas pero a veces quito caracteres para abreviar».

Mar, de 18 años, comenta que «en los SMS quitamos palabras pero a la hora de hacer los exámenes o de hacer trabajos con el ordenador escribimos correctamente y sin hacer faltas de ortografía; los mensajes son una cosa y la ortografía y la expresión correcta, otra». Mar añade que «ahora que sé que te cobran más por poner las tildes dejaré de ponerlas».

Los responsables educativos afirman que si hay una buena base, la ortografía no tiene por qué resentirse. Los errores ortográficos son anteriores al uso del teléfono móvil; lo que sucede es que el ciberlenguaje no contribuye a mejorar la expresión lingüística de los jóvenes.

Laura Duque, licenciada en Filología Hispánica y profesora de Educación Secundaria en el colegio El Temple, afirma que «la causa principal de que los estudiantes cometan faltas de ortografía reside en que no están habituados a la lectura; nuestros jóvenes leen muy poco y no dominan las normas ortográficas; como causa secundaria se encuentra el uso del lenguaje del teléfono móvil, que facilita la supresión de haches y de acentos ortográficos; así los jóvenes están más acostumbrados al lenguaje del móvil que al de los libros».

Rosario Varo, maestra de Educación Primaria, coincide también en señalar que «la principal causa de que los alumnos no escriban bien es que leen muy poco, aunque sí es cierto que los mensajes que escriben desde sus teléfonos móviles no facilitan una correcta escritura porque, al eliminar letras en el SMS, no se crean un hábito de escritura adecuado».

Neus Aguiló

Foto: Pere Bota